jueves, 14 de febrero de 2013

DIOS YA RECIBIÓ TU CARTA

En una ocasión conocí a una gran persona, una señora de edad madura, pero qué era en realidad lo que le hacía ver tan madura, lo supe cuando ella me relató la historia de su vida, marcada por el sacrificio y el dolor, cuando vivía en la casa de su esposo, se daba cuenta de que la veían como la sirvienta del hogar, más no como la esposa y madre de dos niños, casi todos los días tenía que soportar las quejas, los gestos de su esposo especialmente cuando le servía la comida, ella sentía que no podía oponerse, que no tenía el caracter que le permitiera hacerse respetar y valorar como esposa, sólo terminaba llorando y bajando la mirada. Sin embargo, después de un sin fin de plegarias elevadas a Dios para que sea él quien le de la firmeza de un caracter enérgico y sepa defenderse, tuvo un sueño donde le decía una mujer de blanco que Dios ya había recibido su carta y luego le entregó un ramo de flores blancas, en medio de esa alegría, la señora se despierta y se da cuenta de que su vida ha cambiado, era otra persona, sentía una fuerza de voluntad muy grande. Desde aquél día se hizo respetar por su esposo y decidió salir adelante sola con sus hijos, hoy tiene su trabajo y sus hijos está estudiando para salir adelante con la ayuda de Dios. Querido amigo, este es el valor de la constancia, si una mujer tan sencilla como esta señora pudo salir adelante, tú también lo puedes hacer si crees en Dios y en ti mismo. Ánimo, sí se puede.

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